Un canto sublime.
1. Elevo mis ojos hacia las montañas de las cuales viene la ayuda para mí.
2. Mi ayuda viene del Señor, de Aquel que ha hecho el cielo y la tierra.
3. Él no permitirá que tu pie resbale; y Quién te protege no duerme.
4. Mira, el Protector de Israel no duerme, ni tampoco hace siesta.
5. El Señor te protejerá; el Señor es tu sombra protectora sobre tu mano derecha, 6. de tal manera que el sol del día no te quemará ni tampoco la luna de la noche.
7. Que el Señor te proteja de todo mal, que proteja tu alma, 8. que el señor proteja tus salidas y tus llegadas ahora y por la eternidad.
Cántico para los viajes por tierras extrañas..
1. Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda?
2. Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra.
3. Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme.
4. ¡Dios cuida de Israel, y nunca duerme!
5. Dios te cuida y te protege; Dios está siempre a tu lado.
6. Durante el día, el sol no te quemará; durante la noche, no te dañará la luna.
7. Dios te protegerá y te pondrá a salvo de todos los peligros.
8. Dios te cuidará ahora y siempre por dondequiera que vayas.
1. Cántico gradual. Alzo mis ojos a los montes, donde me ha de venir mi socorro.
2. Mi protección ha de venir de Yavé; el Hacedor de los cielos y la tierra.
3. No consentirá que resbalen tus pies, no dormirá tu custodio.
4. He aquí que no dormirá, el Quién guarda a Israel.
5. Yavé es tu custodio, Yavé es tu sombra a tu mano derecha.
6. De día no te molestará el sol ni de noche la luna.
7. Yavé te guardará de todo mal, guardará tu alma.
8. Guardará tus salidas y tus entradas desde ahora y por siempre.